No es un mito ni una idea ingeniosa de nombre, realmente es un café escondido por Lastarria. Si bien la primera vez que uno va pareciera un camino confuso, enredado y un poquito rebuscado, no lo es para nada. La gracia de este café es su belleza, su grata ubicación, la grandeza del sector y la armonía del aire que lo envuelve.
En Rosal #346, encontrarás buenas tablas, ricos tragos y un hambiente bien agradable para conversar, para discutir, soñar y cantar.
Si hay algo que me atrebo a recomendar del "Café Escondido", es la michelada.
Michelada, según Santiago Bohemio: Cerveza, jugo de Limón natural (recién exprimido), sal y salsa tabasco.